jueves, 4 de agosto de 2011

La patria del criollo

En el quehacer diario de nuestro país los aspectos del pasado se van repitiendo, pero, claro, cada vez, con diferentes actores, pero en esencia los discursos y las acciones continúan siendo las mismas.
Por ejemplo, tras la Conquista y Colonización, siempre hubo carencia de discusión entre, primero, conquistados y conquistadores y más adelante, entre criollos y ladinos o mestizos. No existía un diálogo o concertación, sino más que todo, tomas de decisiones, de quienes ejercían el poder, dictaban a los demás, quienes no les quedaba más que obedecer. La acumulación de tierras por parte de los españoles, el repartimiento de “indios” y la exterminación e intento de conversión al cristianismo fue discutida hasta la saciedad y hasta hubo opositores a ese pensamiento, tal el caso de fray Bartolomé de las Casas.



Traigo a colación lo anterior, tomando en cuenta que el mapa social de Guatemala, sus actores y las decisiones que se toman, también manejan estos discursos coloniales, tal y como ocurría hace tres siglos.
En los pasados días escuché una graciosa entrevista que le fue realizada a través de una radio al alcalde de la Capital. Quienes realizaron la entrevista intentaron dialogar, cuestiones y hasta ponerle ciertos panoramas a su entrevistado con tal que hablara, flaqueara y hasta confesara ciertos aspectos de su administración. Sin embargo, el entrevistado, de manera simpática y con todos los mecanismos de hacerse los quites a las peguntas, tipo Matrix, respondió desde un punto de vista que no ofrecía ninguna posibilidad de moverse en su postura. Los entrevistadores, haciendo gala de sus conocimientos, intentaron a toda costa, pero creo que al final de cuentas, fueron infructuosos todos sus intentos, pues, en algunos temas no estaban preparados o quizá pensaron que el entrevistado no lo estaba. Al final de la conversación me quedó un sabor a añejo en la boca. La capacidad de diálogo en nuestro país sigue tal y como hace muchos años. Quizá esta entrevista me dio esa pauta, pero en otros campos también es evidente que ocurre. Es como si se hubieran transmitido las conversaciones entre criollos y ladinos. Seguramente los primeros no argumentaban, sino ordenaban, por su parte, los otros, o se callaban o hablaban, pero no delante de él.

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