lunes, 9 de abril de 2012

Los amos de la noche

Como siempre, en nuestro país la cultura tiene un lugar privilegiado y cuando hacemos cuentas, nos pasa de manera diferente en otros campos, en los que siempre nos va mal. En esta ocasión quiero referirme a un hecho de mucha relevancia en el campo de la literatura, especialmente la contemporánea, pues, además del surgimiento muchas publicaciones y de de nuevas voces, quiero hacer un énfasis especial en la reaparición del escritor Estuardo Prado. Este autor, tras años de silencio presentó una nueva edición de Los amos de la noche, sin lugar a dudas, uno de los textos más importantes de la narrativa centroamericana de los últimos años. Para quienes no conocen la literatura de Prado, mencionaré que marcó una nueva era debido a que sus textos cambiaron la forma tradicional de narrar, de contar historias durante el siglo XX en nuestro país. Comenzando por la manera en que edita sus textos, el papel, la letra, las imágenes y demás. Por otro lado, los temas que aborda; son, en su gran mayoría tabú, los que pueden herir a quienes no estén preparados para enfrentar esta avalancha de creación, ocurrencia, sobre todo con mucho seso. Su importancia radica en la integración de varios géneros, como el cine, la TV, la plástica, el cómic y la literatura, lo que hace leer sus textos fácilmente (cualquiera los puede leer), pero a la vez, están llenos de referencias para un tipo de lector exigente y con muchas referencias. Los amos de la noche está muy por encima de cientos de libros y de películas en que muchos compatriotas gastan su plata y quedan con insatisfacción tras terminarlos. Este es un texto creado en nuestro país, con un estilo, que alguien podría llamarlo contracultural, pero que no tiene nada que envidiar a textos que se publican en NY o en París del canon. No tienen todo el despliegue promocional, ni Prado se ha tenido que ir a España a escribir la gran novela. El texto habla por sí solo. Estoy seguro que los lectores de ND lo disfrutarán. Si me preguntan qué aporta el país a la posmodernidad, diré que literatura. Celebro la aparición de este autor y que su obra perdure.

Nacimiento de la novela negra en Europa

Tomado de navarrolibreria.com



Dejo aquí algunas reflexiones hechas en la primera sesión, que retomaremos y nos servirá para enmarcar la siguiente sesión: el nacimiento de la novela negra europea.

Desde Henning Mankell a Ian Rankin, la novela negra europea bebe de un único origen: Sjöwall y Wahlöö. Con ellos la novela policíaca se erigió en lo que hoy es: la más certera disección de la sociedad contemporánea.

La pareja sueca inauguró la vertiente social de la ficción negra y criminal mirando de reojo a Ed McBain e innovó en el tratamiento psicológico de los personajes y con su riguroso detalle de la investigación policial.

¿Porqué McBain? Con sus múltiples seudónimos –oficialmente primero se llamaba Salvatore Lombino, luego se lo cambió a Evan Hunter–, y sus más de cincuenta novelas del Distrito 87. Porque McBain llevo a la “incipiente” novela negra a un terrero real, la bajó al suelo y comenzó a tratar problemas ciudadanos.

Es interesante, haciendo un inciso, leer, por ejemplo, “Ojo con el sordo” (RBA, 2011), y buscar los paralelismos con Sjöwall y Wahlöo, que no sólo es temática, lo es sobretodo en los personajes.

Si queréis una referencia mas visual, solo tenéis que recordad la gran serie policiaca de los ochenta, “Canción triste de Hill Street”, se dice que esta serie se basó en las novelas de McBain y su comisaría de distrito 87.

Es decir, no es el Sam Spade de Dashell Hammett en “Cosecha roja” o “El halcón maltés”, ni el Philip Marlowe de Chandler de “Adiós muñeca” o “El largo adiós”

Ante todo, Maj Sjöwall (Estocolmo, 1935) y Per Wahlöö (Lund, 1926-Estocolmo, 1975), exigen al lector que se cuestione sobre el mundo en el que vive. La pregunta sigue vigente, apenas ha envejecido. Lo mismo que las diez novelas que firmaron los padres del género negro europeo: un acontecimiento literario de gran magnitud.

Lo mismo que “El hombre del balcón” (RBA), la tercera de la serie de Martin Beck, quizás la que más a fondo permanece insertada en la niebla espesa de la actualidad y que he releído después de muchos años en la nueva edición de RBA. Si Sjöwall y Wahlöö la hubieran escrito ahora mismo, alguien diría que es una novela oportunista, que nace de uno de los dramas más mediáticos de los últimos niños: las desapariciones, secuestros y asesinatos de niños.

Por esa novela vamos a comenzar a reflexionar sobre el género policíaco contemporáneo.