lunes, 16 de mayo de 2011

AbUSAdos




Hace un par de años realicé estudios de literatura en Estados Unidos. Durante los meses de estadía conocí varias ciudades y leí varias obras de autores contemporáneos. El estudio lo realicé junto con otros 17 académicos de distintas partes del mundo. Además de la grata experiencia de estudio, recuerdo varias anécdotas que quiero traer a colación, debido al tema de la migración y tomando en cuenta que esta semana se estrenó en nuestro país el documental AbUSAdos La redada de Postville, del cineasta guatemalteco Luis Argueta.
En ciudades como Albuquerque y San Francisco conocí a varios guatemaltecos que trabajan en hoteles y restaurantes. Incluso, en la calle, un día que estornudé escuché que alguien gritó “salud”, por lo que de inmediato lo identifiqué como guatemalteco. El encuentro con mis compatriotas fue de sentimientos encontrados. Recuerdo que uno de ellos me preguntó por la torre del Reformador, otro por el Cerro del Carmen o por el “Guacamolón”. Me inquirieron por la comida, especialmente por tamales, pepián o las tortillas. Algunos de ellos vivían en EUA desde hace dos y hasta tres décadas. El país que recuerdan, como que se quedó congelado en los70 y 80. Escuché de sus peripecias para sortear la frontera, para obtener trabajo, conseguir papeles, casarse y sobrevivir como extranjeros. Guadalupe, una mujer originaria de Huehuetenango, me contó de la muerte de su papá y el engaño a que fue sometida su familia por parte de los coyotes. Ricardo, de Chimaltenango, recordó a su hermano, que fue capturado en una redada y tras permanecer detenido en San Diego, fue devuelto a Guatemala, pero José, así se llamaba, intentó entrar otras veces, hasta que desapareció y ya nunca más se supo de él.
Marcharse de su país ocurre por varias razones, entre ellas buscar mejores oportunidades, por ejemplo. Éstas no necesariamente se encuentran, pero sí se puede hallar la muerte, la desaparición o la violación a sus derechos humanos. Es tan responsable el Estado de Guatemala por no velar por sus compatriotas, como de aquellos norteamericanos que debido a su falta de tolerancia, abusan de los migrantes, los tratan como criminales y hasta los matan. Buscar la superación para sobrevivir dignamente no es un delito, un delito es obstaculizarla y hasta castigarla con lo peor.

1 comentario:

  1. Me gusta el artículo, quizá por que no he dejado de pensar en los inmigrantes desde el primer dia que llegué a WDC. Claro, mi situación es muy distinta, pero son precisamente las diferencias las que más me hace pensar en la mara. ¡Que pizado ha de ser! Hay seguir escribiendo sobre el rollo, y si se puede, hacer más...

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